La busqueda de la felicidad – 06

No pretendo reescribir aquí una tesis sobre la felicidad , solamente compartir mi experiencia y mis pensamientos sobre unos temas que a veces se tratan en mi consulta .

La ilusión de encontrar el gran amor, de casarse y tener una familia es universal. Casi todas las culturas y casi todas las civilizaciones han celebrado el matrimonio como un pilar de la estabilidad social y de la felicidad individual y comunitaria.

Al nivel individual, tenemos dos individuos que se quieren, que desean compartir la misma vida y tener hijos juntos. Quieren compartir cada paso de su vida con su alma hermana, tener ternura, apoyo y sexo garantizado. Durante generaciones, no se han dado cuenta que sus padres han pasado por momentos muy difíciles, a veces inaguantables, y quieren reproducir la imagen de familia ideal que han conocido. En los mejores casos los padres, que han, a menudo, sufrido en su propio matrimonio durante años, tienen la ilusión de que las cosas serán mejores para sus hijos. En los otros casos, los padres solamente quieren que sus hijos se vayan de casa y les quiten una boca que nutrir.

Al nivel social, es el interés de la comunidad, para vivir en paz y desarrollarse, que los individuos vivan de forma estable. Puede ser por razones económicas; las familias favorecen el desarrollo de la riqueza. Puede ser por razones de equilibrio y paz civil; si las relaciones se desarrollan dentro de un cuadro legal, los hombres y las mujeres no se pueden (en teoría) intercambiar cuando quieren. Permite evitar conflictos que siempre tienen impactos económicos elevados. Cuando uno se pelea, no trabaja. Puede ser por razones de salud pública. Si las parejas son estables, hay menos riesgos de plagas de enfermedades sexualmente transmitidas. En fin, puede ser por razones religiosas, para evitar que la gente viva en el pecado.

Esos esquemas han explotado a finales del siglo veinte. Hoy en día, las parejas se hacen y se deshacen de forma tan fácil que el matrimonio casi no se justifica más. O mejor dicho, si le sigue gustando a la gente la idea de casarse pero, muy a menudo, tienen la conciencia de que puede que no dure toda la vida.

Podemos así considerar la vida en común como el colmo de una relación, ante la caída hacia el divorcio o la separación. Repito que en este libro, trato de ideas generales, sabiendo que hay excepciones en todo. Pero la evolución de las últimas décadas nos da un material extraordinario para analizar muchos elementos de nuestras vidas.

Cuando una pareja vive separada y que solamente comparte unos momentos, es como si vivieran durante unas horas o unos días en una burbuja de amor y felicidad. Sus vidas laborales y practicas se quedan entre comillas, solamente se comparte lo mejor de cada uno. El deseo esta al máximo, cada uno ha echado el otro de menos durante un tiempo. Cada uno quiere enseñar y dar la mejor imagen se si mismo. Cada encuentro es como una fiesta.

FELICIDAD AMOR Y PAREJA

Cuando empiezan a conocerse más, aparece poco a poco el deseo de vivir juntos. Si deciden hacer el paso de la vida en común, descubren cosas nuevas uno del otro, cosas que no se relacionan con el deseo o el amor sino con los aspectos

más prácticos de la vida diaria. Uno es demasiado rápido y el otro demasiado lento. A uno le gusta mirar las noticias todos los días a la misma hora, al otro le parece una tontería. El primero pasa una hora bajo la ducha cada día, el otro cinco minutos. Uno es pesetero, el otro gasta sin contar su dinero. Uno limpia bien la vajilla, el otro deja espuma y jabón. Esos detalles invaden poco a poco la vida de la pareja hasta que empiezan los dos a pensar:” no entiendo como el otro puede vivir así, a mi me parece imposible o tonto, o ridículo “

Esos detalles marcan el principio de la caída de la relación, pero aun más aparece el final cuando empiezan los amantes a decírselo. “no deberías hacer eso así, no me gusta tu forma de estar siempre detrás de mi…etc…” La vida diaria se mezcla con los sentimientos y el resultado, a menudo no es positivo. Mata poquito a poquito el amor.

Siempre aconsejo a mis amigos de no olvidar las razones por las cuales han querido su pareja, y de intentar imaginar si volvieran a encontrarla de nuevo hoy, si no volverían a quererla. Encaminarse sobre lo más importante. No se puede pedir a un ser amado que tenga todas las cualidades que han sido las causas de nuestro amor, y a la vez que cambie poco a poco para conseguir “otras” para que se parezca a nosotros mismos.

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Editorial: Dr. Pier Albrecht, Dr. Pierre Albrecht, Dr. Pierjean Albrecht,

Dr. Pier Jean Albrecht, Dr. Pierre F. Albrecht, Dr. Pierre Frank Albrecht,

Dr. P. Frank Albrecht, Dr. Pierjean Frank Albrecht, Marbella Clinic