La Busqueda de la felicidad – 03

La era Asiática

Como el hombre actual, seguramente las civilizaciones clásicas también intentaron descubrir la felicidad. En la India, China y Japón, el mundo oriental antiguo, definió unos principios relacionados con la espiritualidad, no para encontrar la felicidad, sino más bien para evolucionar, mejorar y alcanzar un estado de serenidad. La base de esta búsqueda no era materialista. Se centraba en técnicas y reglas estrictas, cuya finalidad era mantener el cuerpo sano y la mente concentrada en temas espirituales.

En India

Durante muchos siglos, la mayor parte de la India vivía en la creencia de la reencarnación: el viaje de las almas a través del tiempo, los cuerpos y las vidas, con el objetivo de perfeccionarse y evolucionar hasta la liberación de este ciclo de vidas terrestres, basadas en el sufrimiento. Debido a esto, consideraban innecesario cambiar la organización social de castas ya que, según ellos, las almas nacían donde tenían que nacer para poder continuar su camino. A lo largo de la vida no se debía luchar por cambiar de casta, sino vivir de la mejor manera posible, para así poder nacer, en la vida siguiente, en una casta superior. Por esta razón en la India, como en otras sociedades antiguas, la vida terrestre no se orientaba a mejorar la felicidad material, sino hacia mejorar la vida espiritual y las reencarnaciones futuras.

La Era de los Egipcios

Los Egipcios, como la mayoría de las civilizaciones de Asia, tenían una vida material orientada a la vida espiritual. Su vida terrenal estaba totalmente dedicada a conseguir la vida eterna. En este sentido podemos decir que no buscaban la felicidad terrenal en sí, ya que ésta se consideraba una etapa que nos llevaría a una vida eterna después de la muerte. Por supuesto, como en todas las sociedades antiguas, los problemas de felicidad material o espiritual eran estrictamente para la elite, ya que la mayor parte de la población tenía que enfrentarse a problemas más prácticos, como el de la supervivencia.

La Era griega a partir de Sócrates

Sócrates habló de la filosofía de la felicidad, considerándola un bien supremo. N o es nada sorprendente que apareciera en Grecia, en el siglo V A.C. Esta filosofía intenta conjugar el máximo de felicidad con la máxima virtud. En otras palabras, una vida llena de placeres, alegrías y satisfacciones, unida a una vida justa, sabia y virtuosa. Se oponen dos visiones de la felicidad: la visión mortal, a través

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Editorial: Dr. Pier Albrecht, Dr. Pierre Albrecht, Dr. Pierjean Albrecht,

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